Costa Noroeste de EEUU – Día 3

Costa Noroeste de EEUU – Día 3
Cape Flattery – Rialto Beach – La Push – First Beach, Second Beach and Third Beach – Three Rivers Resort
El día amanece lluvioso y frío. Como solo tengo una esterilla ( y de las malas) tengo un dolor de culo, espalda y huesos en general que no me han dejado dormir en toda la noche. Está lloviendo desde las 3 am sin parar y lo sé porque apenas he pegado ojo. Despierto a Guille para intentar desperezarnos, fuera no deja de diluviar. Nos vestimos y recogemos rápidamente para combatir la pereza de tener que guardar la tienda de campaña mojada y bajo la lluvia, y nos resguardamos dentro del coche. Me da muchísima pereza pero no sé cuándo será el siguiente día en el que podré darme una ducha caliente. Así que aprovecho mientras Guille echa un ojo a los mapas y vemos qué hacer en un día como hoy.
Los campings de aquí no es que estén tan bien equipados como en Europa. Solo hay un WC y una sola ducha, así que es difícil encontrarla vacía, y tampoco es que esté muy limpio. Mientras me ducho echo un vistazo a mi alrededor y veo decenas de mosquitos gigantes (aquí todo es enorme) revoloteando. Por lo menos el agua está calentita. Miro al suelo y de repente, entre mis pies, sale saltando una rana dentro del desagüe. Me maldigo por no tener el móvil a mano…
Me seco y me visto rápidamente y vuelvo al coche con Guille. Hoy el día será complicado, ya que anuncian lluvias hasta la tarde. Eso sí, estábamos deseando disfrutar de un día así para hacer fotos sin sol! Así que vamos a ello!
Iniciamos el viaje hasta La Push. Si conoces la Saga Crepúsculo, (yo fui fan en su día), sabrás que gran parte de la película se grabaron allí, en la reserva de los Quileutes y en el poblado de Forks. Así que me hace bastante ilusión. Desde que vi las películas me quede enamorada de sus paisajes. Y desde entonces quería venir. Por el camino, el GPS decide llevarnos por una carretera sin asfaltar. Disfrutamos de un paisaje lluvioso, lleno de niebla y sin un alma en la carretera.
De repente, la carretera se divide en dos y el camino a nuestra izquierda nos muestra una carretera repleta de coches abandonados en fila. Nos quedamos petrificados. No sabemos si es porque el día está oscuro y con niebla y el aspecto nos resulta de lo más tenebroso. Pero un escalofrío recorre nuestra espalda. Yo quiero bajar y hacer una foto, pero me entra canguele al final decido hacerla desde el coche. Podéis juzgar por vosotros mismos!
Seguimos adelante entre bosques y humedales. El camino serpentea entre la costa y el bosque. Intentamos ir despacito ya que el suelo está bastante resbaladizo, pero los coches y los camiones avanzan deprisa y nos obligan a ir a su ritmo, o parar para dejarles pasar (aquí es obligatorio). De repente, entre los árboles vemos un monolito enorme en medio del agua. Paramos en seco y damos la vuelta, esto no nos lo podemos perder, es impresionante. Nos forramos de arriba a abajo de goretex y salimos. Llueve a mares y encima de las rocas está lleno de algas resbaladizas. Pero el paisaje lo merece. No importa cuánto llueva, y las veces que me caiga al suelo, el lugar es tan increíble que aunque no sienta las manos del frío, nos acercamos hasta allí. La roca gigante se alza en medio de la playa como si hubiera caído del cielo en una forma caprichosa.
Pasamos un buen rato haciendo fotos en la playa. Hay unos árboles enormes caídos en medio de la arena.
Seguimos adelante sin parar hasta la playa de Rialto. Por el camino paramos a un señor que estaba haciendo autostop, calado hasta las trancas. Nos cuenta que es de Seattle y que había cogido tres días libres para visitar las playas de La Push haciendo acampada libre. Le dejamos en Rialto y nosotros también paramos para ver la preciosa playa. Hay unas olas enormes y varios surfistas surfeando bajo la lluvia.
El tiempo empeora bastante, y ahora además de lluvia hay viento, así que hacemos algunas fotos muy rápidamente y conducimos hasta La Push. Allí paramos en el típico supermercado de carretera (sí, ese que sale siempre en las pelis) y compramos unas postales para la familia y amigos. A ver si llegan antes que nosotros! Desde allí conducimos hasta First Beach, en el poblado de La Push y vemos la playa. Apenas podemos disfrutar del paisaje, ya que aunque está precioso para hacer fotos, nos gustaría haber podido dar un paseo. Pero con el viento es imposible pasar más de 10 minutos sin resguardarnos. Al final la emoción nos puede y acabamos chorreando de agua solo por hacer algunas fotos más en estos troncos. ¿Habéis visto lo gigantes que son?
Nos ponemos a la búsqueda de una hamburguesería en el camping de Three River Resort. Tiene buena puntuación en trip advisor! Pedimos una burguer con patatas fritas y un café calentito para quitar el frío del cuerpo. Aquí todas las burguers saben como las de Mac Donalds pero mucho más buenas, eso sí. Da gusto cómo nos atienden en todos lados y poder comer en un lugar tan típico como este mientras vemos llover fuera nos encanta.
Allí parece que han hecho buen negocio con la Saga Crepúsculo, ya que hay varios carteles sobre la película y el restaurante está forrado con pósters de los libros y las películas. Tienen hasta los personajes en cartón piedra! jaja
Por fin parece que escampa y empezamos a ver los primeros rayos del sol. Nos quedan por ver Third Beach y Second Beach. A pesar de que hemos investigado sobre cuál de las opciones es mejor para visitar, no acabamos de decidirnos por ninguna así que vamos a intentar ver las dos en lo que nos queda de tarde. Tenemos que decir que Third Beach nos decepciona bastante. El camino hasta la playa es bastante largo, de unos 40 minutos, pero es precioso, eso sí. Atraviesa un bosque con árboles gigantes. Tenemos mucha suerte. El sol empieza a colarse entre los árboles haciendo que la niebla se levante y veamos los rayos del sol a través de ella. El efecto es precioso y disfrutamos muchísimo haciendo fotos. El camino nos gusta bastante más que la playa, a decir verdad!
Aprovecho para hacer una foto artística en el camino antes de volver al coche:
Solo quedan dos horas para el atardecer y aún tenemos que montar la tienda de campaña y andar hasta Second Beach. Nos dan la última parcela libre que queda en Three Rivers Resort (menos mal!). El sitio es espectacular, parece que estamos acampados en medio de un bosque perdido. ¡Nos flipa!
Montamos la tienda a todo meter y salimos disparados hasta Second Beach. Esta vez, por suerte, el camino es mas corto, de unos 20 minutos. Al igual que la playa anterior, atraviesa un bosque precioso lleno de helechos y pinos gigantes. Lo que no nos imaginábamos es que la playa fuera a gustarnos tanto. Tantísimo. Es exactamente lo que estábamos esperando: Pináculos gigantes posados sobre la arena. Empezamos a ponernos nerviosos, menos mal que hemos cogido los dos trípodes, porque Guille sale disparado para una esquina de la playa y yo para la otra. El corazón me va a mil porque ni se por donde empezar a hacer fotos. Por fin se ha despejado del todo y el sol se está escondiendo en el horizonte creando unas luces y colores preciosos en el cielo. No podríamos haber tenido mejor suerte.
El panorama es sencillamente espectacular. No dejamos de hacer fotos ni un segundo hasta de pronto nos damos cuenta de que se ha hecho de noche en la playa. Y tenemos que volver. 20 minutos de vuelta en noche cerrada por un bosque gigante donde está lleno de osos. Vale, esto no me gusta nada. A oscuras, con una linterna, muerta de miedo y agarrada a Guille como un pulpo volvemos casi corriendo hasta el parking donde hemos dejado el coche.
Los macarrones con queso al toque del camping-gas nos reconfortan. Todavía estamos alucinando recordando el paisaje cuando nos metemos en el saco y caemos rendidos mientras escuchamos las voces animadas del resto de los campistas. Probablemente este fue mi día favorito del viaje.