Costa Noroeste EEUU – Día 6

Costa Noroeste EEUU – Día 6
Koosah Falls – Little Nash Crater – Sisters – Smith Rock St. Park – Sparks Lake
La alarma ha sonado a las 6:00 y aún no había amanecido. Hemos desayunado y recogido muy rápido ya que el primer plan del día estaba a casi dos horas de allí. El ambiente huele a humo, y aunque la noche ha sido fresca, nos espera otro día de intenso calor: Hoy nos vamos al desierto, a Smith Rock!
Pocos kilómetros después de arrancar, descubrimos unas montañas de arena rojiza y decidimos desviarnos un momento para hacer unas fotos con la luz del amanecer. Resulta que es un pequeño cráter de un volcán, llamado Little Crater Nash. El paisaje es totalmente marciano en medio del bosque. La zona en la que nos encontramos es volcánica y se pueden observar campos de lava, incluso lenguas enormes. Sobre ellas ha crecido la vegetación y algunos de los bosques han nacido encima de esa tierra.
Por el camino pasamos a través de varios bosques que han sido afectados por el fuego; están chamuscados y aún se respira el aire a quemado. Poco a poco nos vamos alejando de la costa y nos adentramos en el interior de Oregón, hacia el este. Quizás esta sea una zona menos transitada… o eso es lo que pensábamos hasta que llegamos a un pueblo llamado Sisters. Al llegar nos hemos quedado embobados con los edificios. No sabíamos si estábamos en un pueblo del Oeste o en Port Aventura. La ciudad está formada por decenas de construcciones modernas, pero imitando el estilo del Oeste. Finalmente hemos caído en que era un nuevo concepto de centro comercial. En las “casas” no habitaba nadie, si no que eran comercios. Nos ha parecido una pasada. Era como ir de tiendas en un pueblo de Disney!. Merece la pena visitarlo (aunque nosotros no somos mucho de ir a tiendas), pero en este caso la mayor parte de estos comercios eran artesanales por lo que nos ha encantado ver todas esas tiendas de artesanía y objetos vintage. ¡Precioso todo! Había una relojería muy clásica, y también una tienda en la que un hombre vendía esculturas muy originales de metal. Aprovechamos para comprar algún que otro souvenir.
Según nos adentramos hacia el este de Oregón, vamos dejando atrás los frondosos bosques de abetos y nos abrimos paso entre una zona más árida. Campos amarillos y secos por el sol del verano. También cambia la cultura, y es que no dejamos de ver ranchos con caballos. Millas y millas de ellos. Parece el Lejano Oeste.
Smith Rocks son unas caprichosas montañas rocosas que se extienden formando una cordillera en medio del desierto. El tamaño es impresionante, así como las formas de las roas. Mucha gente se acerca hasta aquí para escalar o hacer una de sus numerosas rutas. Ruta que no vamos a hacer debido al sofocante calor que hace hoy: 33 grados. Aún así, paramos para ver las majestuosas montañas y disfrutar de sus vistas.
Al volver, paramos en una hamburguesería para llenar el estómago y seguir el camino. Ahora empezamos la ruta hacia el sur, y nos vamos moviendo hacia el oeste de Oregón de nuevo, hasta Sparks Lake. La verdad es que hay tanto humo en el ambiente que el paisaje alrededor de nosotros es como estar en una película misteriosa . En las fotos parece niebla, pero os aseguro que nuestra ropa no olía a aire fresco. En Sparks Lake hay gente haciendo actividades, como canoas o paddle surf… Sin duda sería un escenario precioso si no fuera por el humo.
Hacemos algunas fotos, no esperamos más y seguimos el camino en busca de alguna zona donde dormir. Estos días (O más bien desde que empezamos el viaje), pasamos muchas horas sin cobertura en el móvil. Como vamos a la aventura, casi todos los días acabamos apurados para encontrar un camping. Y hoy no iba a ser diferentes, claro esta!
Guille tenía fichado un Resort para caravanas y camping. Así que empezamos a buscarlo siguiendo las instrucciones de google maps… Pero después de 20 minutos sin éxito (y otros tantos en la búsqueda de una mofeta que Guille había avistado cerca de la carretera), acabamos preguntando a la única chica que había por allí: Una guardabosques que casualmente paseaba haciendo encuestas sobre el parque natural a los turistas. Raro – porque allí estábamos solos – pero cierto. Finalmente ha accedido a que la sigamos detrás de su coche, y nos ha llevado hasta allí. No nos extraña no haber encontrado aquel lugar por nuestra cuenta, porque estaba escondido, en el culo del mundo y sin ningún tipo de indicación. Tardamos 15 minutos en llegar, después de subir en coche hasta la cima de un monte por una carretera sin asfaltar, y llena de curvas. Cuando por fin llegamos, la chica va y nos dice: “Pues aquí es! No creo que sea el mejor sitio para acampar, pero seguro que tendréis buenas vistas”.
Lo de “RESORT” no aparece por ningún lado. Solo había una explanada donde dejar el coche alrededor de un lago lleno de mosquitos. Ni baños. Ni tiendas de campaña. Más solos que la una.
El sol ya se había escondido hacía un rato así que sin duda aquella sería la segunda noche consecutiva que dormiríamos dentro del coche. Yo estaba muerta de miedo, porque allí no había nadie a kilómetros a la redonda. No se escuchaba nada. Y estábamos en un lugar de muy difícil acceso. Quizás en otro país no me preocuparía tanto. Pero en Estados Unidos sí. Así que, entre risas nerviosas de miedo, elaboramos un plan de escape perfecto por si alguien intentaba secuestrarnos! jaja!
Dormir en el coche es claustrofobico y agobiante. Hace frío pero a la vez sudas por el agobio de estar encerrado en un lugar pequeño y que no transpira, pero no nos queda otra: Yo no pensaba dormir fuera. Cenamos y nos echamos a dormir, aunque nos costó más de media hora conciliar el sueño.