Islandia: Dias 7, 8, 9

DÍA 7.2 JUNIO 2012
Hemos dormido junto a un lago con icebergs y a pesar de esto, no hemos pasado ni pizca de frío; hoy el cielo vuelve a estar despejado. Estamos teniendo muy buen tiempo, es una suerte teniendo en cuenta que aquí llueve más que en Bilbao, y ya es decir!
Hoy nos vamos hasta Hella. Es un pueblo cercano a Reikiavik desde donde nos han dicho que salen los autobuses para subir a Landmannalaugar. El paso suele estar cerrado debido a la nieve, pero nos han comentado que lo abrieron ayer, así que intentaremos subir mañana. Subir a este lugar solo es posible en todo terreno de los grandes o bus 4×4. Después de pagar un ojo de la cara por el bus, hemos montado la tienda de campaña en el camping de Hella.
Como es fin de semana, los islandeses aprovechan para ir al camping también, así que aquello estaba lleno de familias disfrutando del buen tiempo y haciendo barbacoas.
Nuestras baterías de las cámaras empiezan a gastarse (Hemos traído 6), así que hemos intentado cargarlas en los enchufes para las caravanas, pero no ha funcionado… Por suerte unos minutos más tarde una chica de la caravana de al lado nos ha ofrecido su enchufe. Los islandeses son muy atentos y serviciales.
El camping está bien equipado, tiene hasta tirolina! Hemos cenado y al saco, que mañana hay que madrugar.
DÍA 8.3 JUNIO 2012
El bus de Landmannalaugar no ha pasado. Eran las 8 de la mañana y estábamos atrapados en una gasolinera sin que nadie supiera sobre cómo llegar a las dichosas montañas. Una chica nos ha indicado mal y hemos estado andando en dirección contraria durante una hora. Para colmo, mi móvil ha sufrido un golpe y tiene la pantalla partida en dos, y mi ipod ha muerto de frío. ¿Algo más?
Al final hemos hecho cambio de planes: Nos vamos a Reykiavik, y allí pensamos mejor qué podemos hacer y descansaremos. Ha hecho tanto sol que nos hemos quemado. Yo tengo hasta la marca de las gafas. Pero de cuello para abajo estamos blanco nuclear. No mola nada.
El autobús que hemos cogido hasta Reikiavik nos ha resultado diferente a los autobuses de línea que solemos coger, pero nos hemos montado. Estábamos aburridos de esperar, así que después de 2 horas de camino el conductor va y se para en un centro comercial dios sabe dónde. Hasta que hemos conseguido dar con otro autobús ha pasado una hora, y al final hemos llegado al camping de Reikiavik justo para comer. Vuelta a montar la tienda, sacar los trastos… Nos hemos comido un buen bocata de chorizo y algún que otro vicio y nos hemos echado una buena siesta. Todo muy a la Española.
Después hemos cogido nuestras mochilas y qué mejor plan que irnos a las piscinas termales! Cuestan 3 euros, tienen decenas de pozas de agua caliente con burbujas, 2 piscinas infantiles, 2 olímpicas y 3 toboganes. Esto parece un aquapark! Si lo pusieran en España no pagarías menos de 15 euros. ¡Antes de entrar tienes que pasar obligatoriamente por la ducha, como Dios te trajo al mundo y jabón!. Las piscinas tenían agua desde los 30 grados hasta los 42. Es una gozada meterte en un pocito caliente mientras fuera hace fresquito. No me quiero imaginaren invierno, nevando…!
Después hemos ido hasta el centro de Reykjavik. Esta vez hemos podido ver la ciudad al puro estilo islandés, llena de vida y de precios caros.
La verdad es que después de 7 días sin comer algo decentemente cocinado, al pasar por las callejuelas llenas de bares y puestos de perritos calientes se nos estaba haciendo la boca agua. Al final hemos ido a un italiano (Se llamaba PISA, muy ingenioso…) con horno de leña.
Nos han atendido muy bien y los platos estaban riquísimos. Guille ha pedido tortellini con crema de mascarpone, pollo, bacon, champis y rúcula, y yo una pizza enorme que me ha sabido a gloria!
Una vez que teníamos el estómago lleno hemos ido de vuelta al camping y a la cama.
DÍA 9.4 JUNIO 2012
Después de la espera en Reikiavik, por fin podemos coger el bus a Landmannalaugar. A las 8:00 ya estábamos en el bus rumbo a las montañas. Teníamos muchas ganas de ir, ya que era un viaje programado para el día 4, y no hemos podido subir hasta ahora por estar la carretera cerrada. Por suerte el bus tiene internet y hemos estado echando un ojo al correo.
El viaje ha sido de 4 horas y media, las montañas se iban alzando y se abrían paso majestuosas a nuestro alrededor. El paisaje hostil se ha ido quedando atrás y poco a poco nos hemos ido acercando al valle de Landmannalaugar. Después de la explosión del Hekla, la lava se fue enfriando muy lentamente, y esta adquirió una gran gama de colores rojizos, anaranjados, azules y verduzcos. El paisaje es conmovedor.
Para llegar al valle principal, la carretera pasa por medio de un río. No es muy profundo, pero cruzarlo en un autobús de los años 80 no es que sea muy alentador.
Una vez allí lo primero que hemos hecho ha sido montar la tienda en el camping para poder dejar las mochilas e iniciar alguna ruta cuanto antes. La chica del camping hablaba español y nos ha recomendado unas rutas hasta unas fumarolas. No hemos tardado mucho en llegar. Cuanto más subes, más impresionantes son las vistas. Hemos cruzado un enorme campo de lava negra, un par de ríos, dos campos de nieve y pisoteado azufre entre las fumaloras.
Lo único malo es el tiempo. Hace muchísimo viento, y a estas alturas donde la temperatura roza los 3 grados, la sensación térmica es de -2; aunque vamos bien equipados, decidimos volver por si el tiempo empeora. Ha empezado a nevar. Ayer estábamos torrándonos en la piscina y ahora nos están cayendo copos. Un clima de contrastes, desde luego.
El camping no está bien equipado, la única zona cerrada son los baños. No hay cocina ni mesas interiores. Y encima hay que pagar 4 euros para una ducha de 5 minutos. Sin duda el peor camping hasta ahora. Encima los que lo cuidan, tienen una choza para ellos solos, y cuando pasas por delante les ves dentro tirados en los sofás de cuero tomándose algo calentito.
Al final nos hemos enchufado el camping gas y nos hemos hecho una cena calentita dentro de la tienda. Nos ha sentado muy bien, hemos conseguido conciliar el sueño aunque el viento soplara muy fuerte sobre la tienda. Por suerte nuestra tienda parece aguantar esto y mucho más, cuidado con ir mal equipado a Islandia.